La
palabra “Valor” puede tener muchos significados dependiendo de la persona que
la vocaliza y el contexto en el que la usa. Según Sánchez (2001), se considera
"valor" a aquellas cualidades o características de los objetos, de
las acciones o de las instituciones atribuidas y preferidas, seleccionadas o
elegidas de manera libre, consciente, que sirven al individuo para orientar sus
comportamientos y acciones en la satisfacción de determinadas necesidades.
Los
valores se definen como reglas o pautas mediante las cuales se exhorta tanto a
docentes como estudiantes a tener comportamientos consistentes con su sentido
de existencia (orden, seguridad y desarrollo). Conceptualización
sustentada por Denison (2001: 21), cuando expresa que los valores “representan
la base de evaluación empleadas para juzgar situaciones, actos, objetos y
personas”. Asimismo, reflejan las metas reales así como, las creencias y
conceptos básicos de una institución y,
como tales, forman su médula de la cultura.
En
sentido humanista, para Ramos (2000), se entiende por valor lo que hace que un
individuo sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor
se refiere a una excelencia o a una perfección. Por ejemplo, se considera un
valor decir la verdad y ser honesto; ser sincero en vez de ser falso; es más
valioso trabajar que robar. La práctica del valor desarrolla la humanidad de la
persona, mientras que el contravalor lo despoja de esa cualidad.
Según
García y Dolan (1997), los valores son estructuras del pensamiento que se
mantienen pre-configuradas en nuestro cerebro como especie humana de cara a
nuestra supervivencia. Las personas actúan en consecuencia del sistema de
valores que poseen, los cuales se constituyen y aprenden básicamente durante la
infancia y la adolescencia a través del aprendizaje social, en el cual se
utilizan los modelos obtenidos de padres, maestros y amigos.
En
general, los valores reflejan la conjugación de creencias y conductas. Son creencias motivadoras y conductas
orientadoras. Entre el creer y el actuar
median los procesos de pensar, sentir y percibir, por eso, los valores expresan
la integridad y la coherencia de las personas y de las organizaciones. Es decir los valores, forman parte de los
objetos, acciones y actitudes que el ser humano persigue por considerarlos
valiosos.
Desde
un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes,
pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la
transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan
determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada
grupo social. La sociedad exige un comportamiento digno en todos los que
participan de ella, pero cada persona se convierte en un promotor de Valores,
por la manera en que vive y se conduce.
La importancia de los valores
Siempre
han existido asuntos más importantes que otros para los seres humanos. Por
ello, valoramos personas, ideas, actividades u objetos, según el significado
que tienen para nuestra vida. Sin embargo, el criterio con el que otorgamos
valor a esos elementos varía en el tiempo, a lo largo de la historia, y depende
de lo que cada persona asume como sus valores.
En
las organizaciones, los valores permiten que sus integrantes interactúen de
manera armónica, influyen en su formación y desarrollo como personas, y
facilitan alcanzar objetivos que no serían posibles de manera individual.
Para
el bienestar de una comunidad es necesario que existan normas compartidas que
orienten el comportamiento de sus integrantes. De lo contrario, la comunidad no
logra funcionar de manera satisfactoria para la mayoría.
Cuando
sentimos que en la familia, la escuela, el trabajo, y en la sociedad en
general, hay fallas de funcionamiento, muchas veces se debe a la falta de
valores compartidos, lo que se refleja en falta de coherencia entre lo que se
dice y lo que se hace.
Por
ejemplo, es difícil saber cómo enseñar a los hijos el valor “tolerancia”, si
nuestros líderes y gobernantes insultan permanentemente a todos aquellos con
quienes tienen diferencias de opiniones.
Igualmente
resulta cuesta arriba promover el valor “respeto” si hay maestros, profesores,
jefes o padres que frente a situaciones complejas defienden sus decisiones
argumentando: “Aquí se hace lo que yo digo” o “Las cosas son así porque sí”.
En
términos prácticos es poco probable que una comunidad funcione bien (y no digo
“perfecto”) si las personas que la integran no se basan en ciertos principios
que orienten permanentemente su forma de relacionarse, en las buenas y en las
malas.
Con
la palabra “comunidad” me refiero a la pareja, la familia, el trabajo, el salón
de clases, el condominio, los vecinos, la ciudad, el país y a cualquier otra
instancia de relación con otras personas. Si no compartimos sus valores no nos
sentiremos bien, ni funcionaremos de manera adecuada en esa comunidad. Tampoco
nos producirá satisfacción ser parte de ella.
Para
la cultura organizacional de una empresa los valores son la base de las
actitudes, motivaciones y expectativas de sus trabajadores. Los valores son la
columna vertebral de sus comportamientos.
Si
los valores no tienen significados comunes para todos los empleados, el trabajo
diario se hace más difícil y pesado. El ambiente laboral se vuelve tenso, la
gente trabaja con la sensación de que no todos reman en la misma dirección y
los clientes pagan las consecuencias.
Como
pilares de una organización, los valores no sólo necesitan ser definidos. La
empresa debe darles mantenimiento, promoverlos y divulgarlos constantemente.
Sólo así sus trabajadores tendrán mejor oportunidad de comprender sus
significados y ponerlos en práctica en sus labores diarias.
Características de los valores
La
humanidad ha adoptado criterios a partir de los cuales se establece la
categoría o la jerarquía de los valores. Algunos de esos criterios son:
Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay valores que son
más permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más
fugaz que el de la verdad.
Integralidad: cada valor es una abstracción íntegra en sí
mismo, no es divisible.
Flexibilidad: los valores cambian con las necesidades y experiencias de las
personas.
Satisfacción: los valores generan satisfacción en las
personas que los practican.
Polaridad: todo valor se presenta en sentido positivo y negativo; Todo valor
conlleva un contravalor.
Jerarquía: Hay valores que son considerados superiores (dignidad, libertad) y
otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales).
Las jerarquías de valores no son rígidas ni predeterminadas; se van
construyendo progresivamente a lo largo de la vida de cada persona.
Trascendencia: Los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y
significado a la vida humana y a la
sociedad.
Dinamismo: Los valores se transforman con las épocas.
Aplicabilidad: Los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida;
entrañan acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la
persona.
Complejidad: Los valores obedecen a causas diversas, requieren complicados
juicios y decisiones.
Tipos de Valores
Según
Cortina (2000), se puede hablar de valores universales, porque desde que el ser
humano vive en comunidad ha necesitado establecer principios que orienten su
comportamiento en su relación con los demás. En este sentido, se consideran
valores universales, la honestidad, la responsabilidad, la verdad, la
solidaridad, la cooperación, la tolerancia, el respeto y la paz, entre
otros. Sin embargo, puede resultar útil
para facilitar su comprensión, clasificar los valores de la siguiente manera
según el enfoque de Cortina (2000):
Valores personales. Son aquellos
considerados principios indispensables sobre los cuales se construye una
vida y guían para relacionarse con otras
personas. Por lo general son una mezcla de valores familiares y valores
socio-culturales, juntos a los que se agregan como individuos según sus vivencias.
Valores familiares. Se refieren a lo que en familia se valora y
establece como bien o mal. Se derivan de las creencias fundamentales de los
padres, con las cuales educan a sus hijos. Son principios y orientaciones
básicas de nuestro comportamiento inicial en sociedad. Es decir, se transmiten
a través de todos los comportamientos con los que actuamos en familia, desde
los más sencillos hasta los más “solemnes”.
Valores
socio-culturales. Son los que imperan en la sociedad en la que se vive. Han cambiado a lo largo de la
historia y pueden coincidir o no con los valores familiares o los personales.
Se trata de una mezcla compleja de distintos tipos de valoraciones, que en
muchos casos parecen contrapuestas o plantean dilemas.
Por
ejemplo, si socialmente no se fomenta el valor del trabajo como medio de
realización personal, indirectamente la sociedad termina fomentando
“anti-valores” como la deshonestidad, la irresponsabilidad o el delito. Otro
ejemplo de los dilemas que pueden plantear los valores socio-culturales ocurre
cuando se promueve que “el fin justifica los medios”. Con este pretexto, los
terroristas y los gobernantes arbitrarios justifican la violencia, la
intolerancia y la mentira, alegando que su objetivo final es la paz.
Valores materiales. Son aquellos que permiten subsistir, tienen
que ver con las necesidades básicas como
seres humanos, como el alimento, vestido para la protección de la intemperie,
por ello, son importantes en la medida que son necesarios. Es decir, son parte
del complejo tejido que se forma de la relación entre valores personales,
familiares y socio-culturales. Cuando se exageran, los valores materiales
entran en contradicción con los espirituales.
Valores espirituales. Se refieren a la importancia dada a los aspectos no-materiales, por ello,
se dice que son parte de las necesidades humanas y permiten la realización en
las personas, pues le agregan sentido y fundamento a su vida, como ocurre con
las creencias religiosas.
Valores morales. Son las actitudes y conductas que una
determinada sociedad considera indispensables para la convivencia, el orden y
el bien general. Cortina (2000), explica
por valor moral todo aquello que lleve al hombre a defender y crecer en su
dignidad de persona. El valor moral conduce al bien moral, perfecciona al
hombre en cuanto a ser hombre, en su
voluntad, en su libertad, en su razón.
Depende exclusivamente de la elección libre, el sujeto decide alcanzar
dichos valores y esto sólo será posible basándose en esfuerzo y perseverancia.
El hombre actúa como sujeto activo y no pasivo ante los valores morales, ya que
se obtienen basándose en mérito.
A
criterio de Mora (2008), los valores morales perfeccionan al hombre de tal
manera que lo hacen más humano, por ejemplo, la justifica hace al hombre más
noble, de mayor calidad como persona. Para lograr comprender plenamente los
valores morales se deben analizar la relación que éstos guardan con otro tipo
de valores. Siendo el ser humano el punto de referencia para los valores, cabe
ordenarlos de acuerdo con su capacidad para perfeccionar al hombre.
En
este sentido, un valor cobrará mayor importancia en cuanto logre perfeccionar
al hombre en un aspecto más íntimamente humano. Para Sánchez (2001), los
valores morales surgen primordialmente en el individuo por influjo y en el seno
de la familiar, dentro de estos se tienen:
·
Honestidad.
Valor trascendente orientado al desarrollo de conductas laborales transparentes
y congruentes con los principios de la empresa, priorizando el bueno uso de los
recursos asignados.
·
Lealtad.
Conducta laboral cotidiana orientada a analizar y decidir, a través de juicios
de valor, acciones donde se priorizan los intereses de la Empresa y sus
trabajadores, por sobre los personales.
·
Solidaridad. Valor orientado al desarrollo de conductas
laborales donde los intereses de los demás son tanto o más importantes que
los propios, tanto en situaciones
críticas como normales.
·
Respeto.
·
Ética, entre
otros.
Es
decir, que los valores morales son un tipo de valor instrumental que tienen dos
características: se ponen en práctica con relación a las demás personas, y en
las personas mentalmente equilibradas, cuando se incorporan pero no se traducen
en conductas consecuentes, tienden a generar sentimientos de culpabilidad, o
malestar.
La enseñanza de Valores
De
acuerdo a Bertone (2003), el tema de los valores ha estado presente a lo largo
de la historia de la educación venezolana. Cada proyecto educativo que se ha
sucedido históricamente, ha exteriorizado formalmente, valores consecuentes con
las circunstancias sociales, económicas, y
de las distintas formas de Estado y regímenes políticos, cuya dinámica
configura una particular racionalidad conforme a los intereses de los grupos de
poder orquestados en la estructura de gobierno.
Eso
desde la consideración “oficial” de los valores en la escuela venezolana, pues
faltaría enumerar una larga lista de valores que la sociedad venezolana posee
como totalidad compleja, y que llega a la orilla de la escuela como olas del
mar. Eso que muchos llaman currículo oculto, pero que en la realidad no es más
que la expresión de los seres humanos y su comunidad de vida, como seres que
piensan y actúan tanto en la sociedad como totalidad y en la escuela como
expresión de ésta.
Con
base a lo expuesto, la educación en valores adquiere forma explícita en la educación
básica en la Reforma de la Educación Venezolana impulsada en la década de los
'90 como una alternativa para superar los problemas más relevantes que el
sistema educativo actual no ha logrado resolver: una educación que ha ignorado
la naturaleza pluridimensional del desarrollo humano y intentando controlar la
conducta con modelos simplistas muy reducidos, dejando por fuera la complejidad
y riqueza de la dinámica humana. (ME, 1998).
La
formula de incorporación explicita de los valores en la escuela venezolana, por
lo menos en el nivel de educación básica fue por la vía de una estrategia
curricular llamada ejes transversales. En otros niveles del sistema escolar el
tema de los valores sigue estando implícito en los contenidos de la enseñanza,
muchas de las veces esta concentradas en asignaturas, caso de la Educación
Media, Profesional y Diversificada y en la Educación Superior.
A
criterio de Savater (2003), el análisis
de los valores en la escuela debe considerarse los asignados socialmente
(valores objetivos) derivado de los planes normativos desde los cuales se
configuran los fines de la institución escolar; los valores propios de la
escuela (valores institucionales) y los valores de los actores educativos
(valores subjetivos)
La
actual estructura del sistema educativo está configurada para proyectar
determinados valores sociales, jerarquizando los distintos lineamientos y
políticas que configuran el proyecto educativo nacional tenemos que identificar
los valores instituidos en la normativa legal vigente.
La Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999) y la Ley Orgánica de la Educación (2009), son
realidades legislativas que signan la educación venezolana y en particular a la
escuela nacional, expresan los valores fundamentales de nuestro Proyecto
Educativo Nacional, en ello se incorpora el fomento de la libertad,
independencia, igualdad, justicia y paz internacional, basada en la doctrina de
Simón Bolívar, el Libertado.
Otro
de los valores propuestos en el proyecto educativo nacional es la democracia,
justicia, el derecho a la vida y la preeminencia de los derechos humanos, la
ética y el pluralismo político (Artículo 2°). Se plantea así mismo el respeto
de los valores de los venezolanos y se señala que: El Estado tiene como fines
esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad,
el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una
sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar
del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes
reconocidos y consagrados en esta Constitución. (Artículo 3°)
Estableciendo
para la consecución de tales fines la educación y el trabajo como procesos
fundamentales. Otros valores que se prescriben en la constitución nacional son:
integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y
corresponsabilidad (Art. 4°); participación, responsabilidad, pluralidad (Art.
5°). En el Capítulo VI, dedicado a los Derechos Culturales y Educativos se
establece: libertad cultural (Art. 98); el respeto a todas las corrientes del
pensamiento, la valoración ética del trabajo, los valores de la identidad
nacional (Art. 102). Todos los valores citados anteriormente están permeados
por la doctrina del ideal bolivariano, y su asume como un deber del Estado y
una garantía para los ciudadanos de la nación.
En resumen, los valores constituyen principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas, representan las creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud, proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos, reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes; en efecto, los valores son importantes por lo que son, lo que significan, y representan.
Comparto con ustedes un video animado sobre los valores:
El Chavo Animado
- "El valor de la amistad" 3-3
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