jueves, 7 de agosto de 2014

Valores en la Educación



La palabra “Valor” puede tener muchos significados dependiendo de la persona que la vocaliza y el contexto en el que la usa. Según Sánchez (2001), se considera "valor" a aquellas cualidades o características de los objetos, de las acciones o de las instituciones atribuidas y preferidas, seleccionadas o elegidas de manera libre, consciente, que sirven al individuo para orientar sus comportamientos y acciones en la satisfacción de determinadas necesidades.
Los valores se definen como reglas o pautas mediante las cuales se exhorta tanto a docentes como estudiantes a tener comportamientos consistentes con su sentido de existencia (orden, seguridad y desarrollo). Conceptualización sustentada por Denison (2001: 21), cuando expresa que los valores “representan la base de evaluación empleadas para juzgar situaciones, actos, objetos y personas”. Asimismo, reflejan las metas reales así como, las creencias y conceptos básicos de una institución  y, como tales, forman su médula de la cultura.
En sentido humanista, para Ramos (2000), se entiende por valor lo que hace que un individuo sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Por ejemplo, se considera un valor decir la verdad y ser honesto; ser sincero en vez de ser falso; es más valioso trabajar que robar. La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contravalor lo despoja de esa cualidad.
Según García y Dolan (1997), los valores son estructuras del pensamiento que se mantienen pre-configuradas en nuestro cerebro como especie humana de cara a nuestra supervivencia. Las personas actúan en consecuencia del sistema de valores que poseen, los cuales se constituyen y aprenden básicamente durante la infancia y la adolescencia a través del aprendizaje social, en el cual se utilizan los modelos obtenidos de padres, maestros y amigos.
En general, los valores reflejan la conjugación de creencias y conductas.  Son creencias motivadoras y conductas orientadoras.  Entre el creer y el actuar median los procesos de pensar, sentir y percibir, por eso, los valores expresan la integridad y la coherencia de las personas y de las organizaciones.  Es decir los valores, forman parte de los objetos, acciones y actitudes que el ser humano persigue por considerarlos valiosos.

Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social. La sociedad exige un comportamiento digno en todos los que participan de ella, pero cada persona se convierte en un promotor de Valores, por la manera en que vive y se conduce.



La importancia de los valores

Siempre han existido asuntos más importantes que otros para los seres humanos. Por ello, valoramos personas, ideas, actividades u objetos, según el significado que tienen para nuestra vida. Sin embargo, el criterio con el que otorgamos valor a esos elementos varía en el tiempo, a lo largo de la historia, y depende de lo que cada persona asume como sus valores.
En las organizaciones, los valores permiten que sus integrantes interactúen de manera armónica, influyen en su formación y desarrollo como personas, y facilitan alcanzar objetivos que no serían posibles de manera individual.
Para el bienestar de una comunidad es necesario que existan normas compartidas que orienten el comportamiento de sus integrantes. De lo contrario, la comunidad no logra funcionar de manera satisfactoria para la mayoría.
Cuando sentimos que en la familia, la escuela, el trabajo, y en la sociedad en general, hay fallas de funcionamiento, muchas veces se debe a la falta de valores compartidos, lo que se refleja en falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Por ejemplo, es difícil saber cómo enseñar a los hijos el valor “tolerancia”, si nuestros líderes y gobernantes insultan permanentemente a todos aquellos con quienes tienen diferencias de opiniones.
Igualmente resulta cuesta arriba promover el valor “respeto” si hay maestros, profesores, jefes o padres que frente a situaciones complejas defienden sus decisiones argumentando: “Aquí se hace lo que yo digo” o “Las cosas son así porque sí”.
En términos prácticos es poco probable que una comunidad funcione bien (y no digo “perfecto”) si las personas que la integran no se basan en ciertos principios que orienten permanentemente su forma de relacionarse, en las buenas y en las malas.
Con la palabra “comunidad” me refiero a la pareja, la familia, el trabajo, el salón de clases, el condominio, los vecinos, la ciudad, el país y a cualquier otra instancia de relación con otras personas. Si no compartimos sus valores no nos sentiremos bien, ni funcionaremos de manera adecuada en esa comunidad. Tampoco nos producirá satisfacción ser parte de ella.
Para la cultura organizacional de una empresa los valores son la base de las actitudes, motivaciones y expectativas de sus trabajadores. Los valores son la columna vertebral de sus comportamientos.
Si los valores no tienen significados comunes para todos los empleados, el trabajo diario se hace más difícil y pesado. El ambiente laboral se vuelve tenso, la gente trabaja con la sensación de que no todos reman en la misma dirección y los clientes pagan las consecuencias.
Como pilares de una organización, los valores no sólo necesitan ser definidos. La empresa debe darles mantenimiento, promoverlos y divulgarlos constantemente. Sólo así sus trabajadores tendrán mejor oportunidad de comprender sus significados y ponerlos en práctica en sus labores diarias.

Características de los valores

La humanidad ha adoptado criterios a partir de los cuales se establece la categoría o la jerarquía de los valores. Algunos de esos criterios son:
Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay valores que son más permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más fugaz que el de la verdad.
Integralidad: cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo, no es divisible.
Flexibilidad: los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas.
Satisfacción: los valores generan satisfacción en las personas que los practican.
Polaridad: todo valor se presenta en sentido positivo y negativo; Todo valor conlleva un  contravalor.
Jerarquía: Hay valores que son considerados superiores (dignidad, libertad) y otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales). Las jerarquías de valores no son rígidas ni predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo de la vida de cada persona.
Trascendencia: Los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y significado a la vida  humana y a la sociedad.
Dinamismo: Los valores se transforman con las épocas.
Aplicabilidad: Los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida; entrañan acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la persona.
Complejidad: Los valores obedecen a causas diversas, requieren complicados juicios y decisiones.

Tipos de Valores

Según Cortina  (2000), se puede hablar de  valores universales, porque desde que el ser humano vive en comunidad ha necesitado establecer principios que orienten su comportamiento en su relación con los demás. En este sentido, se consideran valores universales, la honestidad, la responsabilidad, la verdad, la solidaridad, la cooperación, la tolerancia, el respeto y la paz, entre otros.  Sin embargo, puede resultar útil para facilitar su comprensión, clasificar los valores de la siguiente manera según  el enfoque de Cortina (2000):
Valores personales. Son aquellos  considerados principios indispensables sobre los cuales se construye una vida y  guían para relacionarse con otras personas. Por lo general son una mezcla de valores familiares y valores socio-culturales, juntos a los que se agregan como individuos según sus vivencias.
Valores familiares. Se refieren a lo que en familia se valora y establece como bien o mal. Se derivan de las creencias fundamentales de los padres, con las cuales educan a sus hijos. Son principios y orientaciones básicas de nuestro comportamiento inicial en sociedad. Es decir, se transmiten a través de todos los comportamientos con los que actuamos en familia, desde los más sencillos hasta los más “solemnes”.
Valores socio-culturales. Son los que imperan en la sociedad en la que  se vive. Han cambiado a lo largo de la historia y pueden coincidir o no con los valores familiares o los personales. Se trata de una mezcla compleja de distintos tipos de valoraciones, que en muchos casos parecen contrapuestas o plantean dilemas.
Por ejemplo, si socialmente no se fomenta el valor del trabajo como medio de realización personal, indirectamente la sociedad termina fomentando “anti-valores” como la deshonestidad, la irresponsabilidad o el delito. Otro ejemplo de los dilemas que pueden plantear los valores socio-culturales ocurre cuando se promueve que “el fin justifica los medios”. Con este pretexto, los terroristas y los gobernantes arbitrarios justifican la violencia, la intolerancia y la mentira, alegando que su objetivo final es la paz.
Valores materiales. Son aquellos que permiten subsistir, tienen que ver con las  necesidades básicas como seres humanos, como el alimento, vestido para la protección de la intemperie, por ello, son importantes en la medida que son necesarios. Es decir, son parte del complejo tejido que se forma de la relación entre valores personales, familiares y socio-culturales. Cuando se exageran, los valores materiales entran en contradicción con los espirituales.
Valores espirituales. Se refieren a la importancia  dada a los aspectos no-materiales, por ello, se dice que son parte de las necesidades humanas y permiten la realización en las personas, pues le agregan sentido y fundamento a su vida, como ocurre con las creencias religiosas.
Valores morales. Son las actitudes y conductas que una determinada sociedad considera indispensables para la convivencia, el orden y el bien general. Cortina  (2000), explica por valor moral todo aquello que lleve al hombre a defender y crecer en su dignidad de persona. El valor moral conduce al bien moral, perfecciona al hombre  en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en su libertad, en su razón.   Depende exclusivamente de la elección libre, el sujeto decide alcanzar dichos valores y esto sólo será posible basándose en esfuerzo y perseverancia. El hombre actúa como sujeto activo y no pasivo ante los valores morales, ya que se obtienen basándose en mérito.
A criterio de Mora (2008), los valores morales perfeccionan al hombre de tal manera que lo hacen más humano, por ejemplo, la justifica hace al hombre más noble, de mayor calidad como persona. Para lograr comprender plenamente los valores morales se deben analizar la relación que éstos guardan con otro tipo de valores. Siendo el ser humano el punto de referencia para los valores, cabe ordenarlos de acuerdo con su capacidad para perfeccionar al hombre.
En este sentido, un valor cobrará mayor importancia en cuanto logre perfeccionar al hombre en un aspecto más íntimamente humano. Para Sánchez (2001), los valores morales surgen primordialmente en el individuo por influjo y en el seno de la familiar, dentro de estos se tienen:
·         Honestidad. Valor trascendente orientado al desarrollo de conductas laborales transparentes y congruentes con los principios de la empresa, priorizando el bueno uso de los recursos asignados.
·         Lealtad. Conducta laboral cotidiana orientada a analizar y decidir, a través de juicios de valor, acciones donde se priorizan los intereses de la Empresa y sus trabajadores, por sobre los personales.
·         Solidaridad.  Valor orientado al desarrollo de conductas laborales donde los intereses de los demás son tanto o más importantes que los   propios, tanto en situaciones críticas como normales.
·         Respeto.
·         Ética, entre otros.
Es decir, que los valores morales son un tipo de valor instrumental que tienen dos características: se ponen en práctica con relación a las demás personas, y en las personas mentalmente equilibradas, cuando se incorporan pero no se traducen en conductas consecuentes, tienden a generar sentimientos de culpabilidad, o malestar.

La enseñanza de Valores

De acuerdo a Bertone (2003), el tema de los valores ha estado presente a lo largo de la historia de la educación venezolana. Cada proyecto educativo que se ha sucedido históricamente, ha exteriorizado formalmente, valores consecuentes con las circunstancias sociales, económicas, y  de las distintas formas de Estado y regímenes políticos, cuya dinámica configura una particular racionalidad conforme a los intereses de los grupos de poder orquestados en la estructura de gobierno.
Eso desde la consideración “oficial” de los valores en la escuela venezolana, pues faltaría enumerar una larga lista de valores que la sociedad venezolana posee como totalidad compleja, y que llega a la orilla de la escuela como olas del mar. Eso que muchos llaman currículo oculto, pero que en la realidad no es más que la expresión de los seres humanos y su comunidad de vida, como seres que piensan y actúan tanto en la sociedad como totalidad y en la escuela como expresión de ésta.
Con base a lo expuesto, la educación en valores adquiere forma explícita en la educación básica en la Reforma de la Educación Venezolana impulsada en la década de los '90 como una alternativa para superar los problemas más relevantes que el sistema educativo actual no ha logrado resolver: una educación que ha ignorado la naturaleza pluridimensional del desarrollo humano y intentando controlar la conducta con modelos simplistas muy reducidos, dejando por fuera la complejidad y riqueza de la dinámica humana. (ME, 1998).
La formula de incorporación explicita de los valores en la escuela venezolana, por lo menos en el nivel de educación básica fue por la vía de una estrategia curricular llamada ejes transversales. En otros niveles del sistema escolar el tema de los valores sigue estando implícito en los contenidos de la enseñanza, muchas de las veces esta concentradas en asignaturas, caso de la Educación Media, Profesional y Diversificada y en la Educación Superior.
A criterio de Savater (2003), el  análisis de los valores en la escuela debe considerarse los asignados socialmente (valores objetivos) derivado de los planes normativos desde los cuales se configuran los fines de la institución escolar; los valores propios de la escuela (valores institucionales) y los valores de los actores educativos (valores subjetivos)
La actual estructura del sistema educativo está configurada para proyectar determinados valores sociales, jerarquizando los distintos lineamientos y políticas que configuran el proyecto educativo nacional tenemos que identificar los valores instituidos en la normativa legal vigente.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) y la Ley Orgánica de la Educación (2009), son realidades legislativas que signan la educación venezolana y en particular a la escuela nacional, expresan los valores fundamentales de nuestro Proyecto Educativo Nacional, en ello se incorpora el fomento de la libertad, independencia, igualdad, justicia y paz internacional, basada en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertado.
Otro de los valores propuestos en el proyecto educativo nacional es la democracia, justicia, el derecho a la vida y la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político (Artículo 2°). Se plantea así mismo el respeto de los valores de los venezolanos y se señala que: El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución. (Artículo 3°)
Estableciendo para la consecución de tales fines la educación y el trabajo como procesos fundamentales. Otros valores que se prescriben en la constitución nacional son: integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad (Art. 4°); participación, responsabilidad, pluralidad (Art. 5°). En el Capítulo VI, dedicado a los Derechos Culturales y Educativos se establece: libertad cultural (Art. 98); el respeto a todas las corrientes del pensamiento, la valoración ética del trabajo, los valores de la identidad nacional (Art. 102). Todos los valores citados anteriormente están permeados por la doctrina del ideal bolivariano, y su asume como un deber del Estado y una garantía para los ciudadanos de la nación.


En resumen, los valores constituyen principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas, representan las creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud, proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos, reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes; en efecto, los valores son importantes por lo que son, lo que significan, y representan.

Comparto con ustedes un video animado  sobre los valores:

El Chavo Animado - "El valor de la amistad" 3-3




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